Las ramas del viento / Luis Toirac ; diagramación Santiago Rivera ; diseño y arte de la cubierta Irina Miolán ; fotografía del autor Lilén Quiroga.

Mirando las ramas del viento, 13 -- I. Azares -- Del agua indetenible, 17 -- La espera, 21 -- Etreum, 23 -- Sorpresas del mar, 27 -- Espacio para dos, 33 -- Roca gris, 35 -- Sin duda quizes, 37 -- Percepciones, 39 -- La Isla y otras maravillas, 41 -- Urgencias, 45 -- Te has levantado temprano, 47 -- De cómo se relacionan las higueras y los trenes, 49 -- Descuido, 51 -- Breve salvación, 53 -- Zona de tinieblas, 55 -- Formas de la contemplación, 61 -- Desde afuera por las rendijas, 63 -- Secretes del subsuelo, 65 -- Oficios indispensables, 69 -- Vuelo sin sombra, 71 -- Caminadores irrelevantes, 73 -- Glorias anónimas, 77 -- I. S. D., 85 -- A merced de lo terrible, 89 -- Un instante y su después, 91 -- Sobrevolando el cráter, 93 -- Variaciones de la cleptomanía, 97 -- Determinación, 107 -- El ascenso, 111 -- Tempus fugit, 119 -- Mariposas en el Sur, 121 -- Mala (y ruidosa) suerte, 123 -- Borde de la noche, 125 -- Amplitud de una tarde, 131 -- El arrecife observado, 137 -- Parpadear (del firmamento), 139 -- Winston y Montag, 141 -- II. Volcares -- Oblectamentum, 147 -- Florum, 131 -- Audire, 135 -- Mariposae, 139 -- Semper, 131 -- Fragor, 163 -- Flammae, 133 -- Unda, 137 -- Colombarium, 171 -- Notas sobre los epígrafes en inglés, 173.

Con un título que pone en evidencia la carga poética de su narrativa, Luis Toirac pone en monos del público lector su segunda colección de relatos, Las ramas del viento, cuatro palabras que de inmediato nos remiten a otros autores y otros libros, desde el Juan Carlos Onetti de Dejemos hablar al viento, pasando por el Manuel Rueda de Las edades del viento, hasta el exitoso Carlos Ruiz Zafón de La sombra del viento. Y es que nada mejor que este elemento natural para convertirse en pivote de la imaginación creadora: un recurso ingrávido y perceptible a la vez, un aliado inmejorable de la ficción, que resulta ideal para el trasiego de recuerdos, emociones, pasiones y sueños. Esta obra de Toirac —un narrador que conoce lo preceptiva literaria sin dejarse deslumbrar por ella— reúne un conjunto de textos que prueban una vez más su aptitud para contar historias mediante una prosa depurada y de gran plasticidad escritural; se trata de un cuentista que puede resultar desconcertante para los seguidores del canon. Estamos, pues, ante un autor cuyas narraciones cabalgan entre la reflexión y la sugerencia, la memoria y el lenguaje. En otras palabras, entre la poesía y el cuento, y no olvidemos que tanto la primera como el segundo son las expresiones más concentrados y complejos de la palabra creadora. El Banco Central de la República Dominicana celebra la salida, bajo su sello editorial, de este segundo libro de Luis Toirac.