Trujillo y su obra : apuntes sobre la vida y la obra política de un jefe de Estado / Joaquín Balaguer ; compilación, prólogo, presentación, edición y notas de: Cándido Gerón ; diseño, diagramación y arte final: Juan Francisco Domínguez Novas ; corrección de pruebas: Paula Batista.

Prólogo, 15 -- Palabras de fe, 27 -- El hombre: Rasgos biográficos, 33 -- Un rasgo de carácter, 39 -- Un acto de Quijote, 45 -- Alma de acero, 49 -- Trujillo, civilista, 51 -- Trujillo y el cortesanismo, 55 -- Una lección que no debe olvidarse, 57 -- Su obra: La obra del presidente Trujillo, 63 -- Aspecto político, 67 -- Desaparición del caciquismo, 67 -- Desaparición del politiqueo, 73 -- Aspecto económico de la obra del presidente Trujillo, 79 -- Equilibrio presupuestal, 81 -- Aumento de la producción, 86 -- Factores psicológicos, 89 -- Régimen de probidad, 90 -- Escuela de trabajo, 92 -- Lecciones de energía, 93 -- Triunfo de la capacidad, 94 -- Reducción de impuestos, 95 -- Máxima confianza, 97 -- Otros aspectos de la administración del presidente Trujillo, 101 -- Obras públicas, 101 -- Instrucción pública, 108 -- El Ejército Nacional, 115 -- Algunas opiniones sobre la obra de gobierno del presidente Trujillo -- Rafael L. Trujillo y Molina, 121 -- Prócer y caudillo, 123 -- Dominicanidad integral, 127 -- El maestro por excelencia, 131 -- El poder, convertido en escuela, 133 -- El presidente Trujillo visto por un periodista haitiano, 137 -- Un campeón de la democracia, 141 -- El nacionalismo del Presidente Trujillo, 143 -- Rafael L. Trujillo y Molina, 147 -- La figura del presidente Trujillo, 153 -- Un hombre de éxito, 157 -- Trujillo y la justicia, 161 -- Tres años de gobierno, 163 -- Vencedor y gobierno, 167 -- Libertad, rectitud y trabajo, 169 -- La personalidad del presidente Trujillo, 173 -- La República Dominicana por fin sale a flote, 175 -- El presidente Trujillo y la agricultura, 179 -- Trujillo y el capital extranjero radicado en Santo Domingo, 183 -- Santo Domingo, bajo la administración del presidente Trujillo, 189 -- Opinión de Don Gustavo A. Tavárez, 191 -- La voz de un hacendado, 195 -- Paz y justicia, 197 -- Una obra de reconstrucción política, 201 -- El verdadero liberalismo, 205 -- Tres años de gobierno, 211 -- La palabra de una gran profesora, 215 -- Hacia una era de prosperidad, 217 -- Los progresos de la República Dominicana bajo el gobierno del Presidente Trujillo, 221 -- El hombre fuerte de la hora, 225 -- La situación actual de la República Dominicana, 229 -- La popularidad del presidente Trujillo, 233 -- Trujillo, benefactor de la patria, 235 -- Bajo el signo de Trujillo, 239 -- Un buen presidente, 243 -- Ideario del presidente Trujillo, 244 -- Algunos de sus discursos más notables -- Pronunciando el 23 de enero de 1932, al inaugurar oficialmente el Ateneo Dominicano, 263 -- Pronunciado en el Ateneo Dominicano, la noche del 14 de mayo de 1932, al recibir el diplomado de Miembro Protector y de mérito de esta institución cultural, 269 -- Pronunciado la noche del 17 de mayo de 1932 en el banquete que le fue ofrecido en el Hotel Fausto, en su doble carácter de Jefe del Estado y Director del Partido Dominicano, con motivo del ingreso en este partido de un numeroso grupo de jóvenes intelectuales de la capital de la República, 273 -- Pronunciado en el Palacio de Gobernación, de Santiago, el 16 de agosto de 1932, con motivo del LXIX aniversario de la Restauración de la República, 277 -- Pronunciado el 16 de agosto de 1933, al serle impuesta la condecoración de la Gran Cruz del Benefactor de la patria, 283 -- Pronunciado en la ciudad de Puerto Plata el 27 de agosto de 1933, con motivo de la inauguración de un nuevo servicio de vapores por los puertos del Norte de la República, 287 -- Pronunciado el 24 de septiembre de 1933 al inaugurar el puente San Rafael sobre el río Yaque, en la común de Valverde, 293 -- Pronunciado en Santo Domingo el 20 de noviembre de 1933, con motivo del homenaje que le tributó el Poder Judicial, 297 -- Pronunciado en Santiago de los Caballeros, el 2 de diciembre de 1933 durante la revista cívica celebrada en su honor por la provincia de Azua, 305 --Pronunciado en el acto de la inauguración del puente Ramfis sobre el río Higuamo, en San Pedro de Macorís, el 8 de mayo de 1934, 313 -- Índice onomástico, 317

A finales del siglo XIX y comienzos del XX se movía la marea de los caudillos. En esa atmosfera abrumadora y fracasadas las tentativas conciliadoras entre el presidente Horacio Vasquez y Rafael Estrella Ureña, nació Joaquín Antonio Balaguer Ricardo, Villa Bisonó, antiguo Navarrete, Santiago de los Caballeros. La comunidad de Navarrete era entonces la antesala para acceder, por un costado a las provincias de Dajabón y Montecristi, y por el otro, a Puerto Plata. De aquellos días en que nació Joaquín Balaguer se contaba que era una época en se libran grandes luchas montoneras, por la ambición de los caudillos que habían sometido el país a barbarie. Estas luchas provocaron que el caos y el crimen político se convirtieran en una cultura, lo que agudizo los problemas sociales y económicos que la República Dominicana no había resuelto desde los tiempos de la dominación haitiana (1822-1844). La lucha por el control del poder político tuvo serias repercusiones en la vida de Balaguer, lo que sumado a la acción de los generales Horacio Vásquez, José Bordas Valdez, Ricardo Limardo, Doroteo Rodríguez, Cipriano Bencosme, Luis Felipe Vidal, José del Carmen Ramírez, Desiderio Arias y Zenón Toribio, creó un ambiente totalmente anárquico. Balaguer se movilizó entre la historia, la filosofía, el humanismo, y la cultura. En su tiempo, fue de los pocos intelectuales que salieron del país para adquirir unos conocimientos hispánicos que luego le servirían para convertirse en uno de los filósofos más importantes de América. Basta con leer su destacada obra apuntes para la historia prosódica de la métrica castellana (Madrid, España, 1954) la que tuvo a bien ponderar el consagrado erudito, filólogo, escritor y crítico literario Ramon Menéndez Pelayo, cuando se desempeñaba como director del Instituto Cervantes y la cual es citada por el reconocido investigador y filólogo alemán, Rudolf Baehr y por el lingüista francés, Henri Meschonic, estudioso del ritmo en la poesía.