El manifiesto de la UNESCO (1994), sitúa la biblioteca pública como un centro local de información. En el 2001, las directrices del IFLA/Unesco se refieren a una biblioteca pública es una organización establecida, respaldada y financiada por la comunidad. Brinda acceso al conocimiento, la información y las obras de la imaginación, gracias a toda una serie de recursos y servicios, y está a disposición de todos los miembros de la comunidad por igual, sean cuales fueren su raza, nacionalidad, edad, sexo, religión, idioma, discapacidad, condición económica y laboral, y nivel de instrucción.