Vilma, aún jovencita de 18 años, comenzó como pasante en una importante institución pública. Además de abrir su cuenta bancaria para recibir su nómina, se integró a la cooperativa de ahorro y crédito de su lugar de trabajo. Aprovechó la facilidad que le brindaba la cooperativa para ir construyendo sus primeros ahorros, pues le permitían incluso hacer los aportes a su cuenta de forma automática al deducirse del pago de su nómina.