Bajo el sol de Guabatico /
Felicia Vásquez ; diseño de interior Luis Rafael Féliz Alburquerque ; arte de la cubierta Irina Miolán ; fotografía de la ilustración de la cubierta Próspero Eloy Pérez ; fotografía de la autora Primitiva Espinosa ; colaboración Nicolás Isabel.
- Primera edición / coordinación de la edición José Alcántara Almánzar y Elvis Francis Soto.
- 134 páginas ; 23 cm.
- Colección del Banco Central de la República Dominicana ; Serie arte y literatura ; volumen 262. número 97 .
- Colección del Banco Central de la República Dominicana. Colección del Banco Central de la República Dominicana. Serie arte y literatura. .
Ilustración de la cubierta "Una junta de bueyes" de Willy Pérez.
Prefacio, 11 -- Sus personajes -- Doña Lucía, 19 -- Geraldino, 22 -- Juliano, 27 -- Dos maestros y un recuerdo, 29 -- Florcita la catequista, 30 -- La guitarra 'e Tatabor, 32 -- Una figura estelar, 33 -- Berto Pata, 35 -- Sus mitos y costumbres -- Se merece un baquiní, 39 -- El arrastre del Gagá, 40 -- La lu' del padre, 41 -- Las Ermitas, 44 -- Viviendo para la vida, 45 -- La pieza de los reyes, 47 -- La cantá de toros, 48 -- Remolinos, 50 -- Por si llega Malhaya, 52 -- La difunta Mamá Petrona, 53 -- Saber esperar, 56 -- Las patronales de San José, 57 -- Agua pa'l difunto, 60 -- El atabal y el balsié, 61 -- Pareja pa' la cantina, 62 -- Promesas religiosas, 65 -- La velación de promesa, 67 -- Al calor de sus encantos -- Laguna de los compadres, 71 -- Zafra y tiempo muerto, 74 -- De los Jundungo a Joyo Cercao, 76 -- El fantasma de la máquina, 79 -- Aguaceros de mayo, 80 -- Caña dulce y caña brava, 81 -- Brujuelas, 82 -- Detalles de cocoteros, 84 -- Caganche, 85 -- Sacaturrón, 86 -- Bendiciones del Casuí, 87 -- Ofrenda de la palmera, 89 -- El banco de botijuelas, 91 -- El pajón, 92 -- Mataciguas, 94 -- Vida de Batey, 96 -- Apagando el fogonazo, 98 -- Filial -- Ción Papacito, 103 -- Ción Mamacita, 106 -- Colección bibliográfica del Banco Central de la República Dominicana, 111.
La autora demuestra una vez más que la décima continúa reinando entre las formas estróficas que circulan desde antaño en nuestro país. Porque no es un secreto para nadie su vigencia en campos y ciudades, cultivada por trovadores rurales y poetas cultos que han tenido como paradigma al célebre decimero mocano Juan Antonio Alix (1883-1918). Ese asombroso éxito literario de la décima se debe, en primer lugar, a sus contagiosos octosílabos y al magenitismo irresistible que ejerce entre recitadores de localidades muy diversas, ya que puede servir muy bien a la intención satírica del epigrama, los duelos entre cantores y, como decía Lope de Vega, porque las décimas son buenas para quejas.