La guerra de los tres billones de dólares : el coste real del conflicto de Irak /
Joseph E. Stiglitz y Linda J. Bilmes ; traducción de Alejandro Pradera y Naomi Ruiz de la Prada ; revisión técnica: Fernando Méndez Ibisate ; diseño de cubierta: Carrió-Sánchez-Lacasta.
- Madrid : Taurus, 2008.
- 379 páginas. : ilustraciones, gráficas a blanco y negro. ; 24 cm.
- Pensamiento .
- Pensamiento. .
Prefacio, 11 -- Agradecimientos, 23 -- CAPÍTULO 1. ¿De verdad son tres billones?, 27 -- CAPÍTULO 2. El coste para el presupuesto nacional, 57 -- CAPÍTULO 3. El verdadero coste de cuidar a nuestros veteranos, 85 -- CAPÍTULO 4. Los costes de la guerra que el gobierno no paga, 119 -- CAPÍTULO 5. Los efectos macroeconómicos de los conflictos, 143 -- CAPÍTULO 6. Consecuencias mundiales, 161 -- CAPÍTULO 7. Salir de Irak, 195 -- CAPÍTULO 8. Aprender de nuestros errores: reformas para el futuro, 217 -- APÉNDICES -- Carta del presidente al portavoz de la Cámara de Representantes sobre la Ley de Dotaciones de Emergencia, 241 -- Evolución de las páginas web del Departamento de Defensa para la operación Irak Libre, 244 Sobre las metodologías, 251 -- Lista de acrónimos de uso frecuente, 269 -- Notas, 273 -- Índice analítico, 361.
El conflicto ha dejado ya más de un millón de víctimas mortales, aparte de una enorme cantidad de personas gravemente heridas. La idea de que la invasión favorecería la democracia y aceleraría el cambio en el Cercano Oriente parece hoy una fantasía. Con un despliegue, aún colosal, de soldados estadounidenses y extranjeros en Irak y Afganistán, es fundamental entender el verdadero costo del conflicto. El grueso de éste, con las consecuencias que implica para la economía mundial, permanece sin embargo oculto, y los costos futuros, que seguirán aumentando tras la retirada final, se están pasando por alto deliberadamente. Este libro revela la verdadera magnitud de los costos de la guerra de Irak: desde los derivados del cuidado de los soldados heridos, el abastecimiento militar y la reconstrucción de infraestructuras, a los múltiples costos sociales y humanitarios —como los originados por las prestaciones por incapacidad a los veteranos y sus familias, o por la necesidad de reubicar y ayudar a millones de refugiados—, así como económicos —resultantes de la pérdida de productividad, la reducción del comercio y la subida del precio del petróleo. Ni Estados Unidos ni la economía mundial pueden permitirse el lujo de seguir persiguiendo unos objetivos mal definidos en Irak, en un conflicto cuya factura pagaremos todos durante décadas.